Para nadie es un secreto que desde el año 2002, la oligarquía venezolana ha puesto en marcha un golpe continuado, que a lo largo de ese tiempo, ha adoptado diversas caras.  Este año, los frentes de lucha son políticos y económicos, -en lo primero cuando insisten en no reconocer la legitimidad del presidente obrerista Nicolás Maduro, y en lo segundo, mediante estrategias de reducción en la producción de alimentos que llevan adelante empresas privadas, fomentando la escasez de productos vitales para el Buen Vivir, y saboteando servicios públicos como la electricidad, a fin de generar malestar en la población, ya sea oposición o revolucionaria.

Conscientes de esta realidad, desde los distintos niveles del Gobierno Bolivariano se han implementado diversas medidas, que ejecutan las instituciones gubernamentales nacionales, estadales y municipales, con el decidido apoyo del Poder Popular, organizado y dispuesto a luchar activamente contra estas estrategias ideológicas.

En Guárico, estas luchas las comanda el gobernador Ramón Rodríguez Chacín, quien ha girado instrucciones precisas para enfrentar el sabotaje eléctrico y la guerra económica.  En lo primero, instaló el Estado Mayor Eléctrico (EME), que conforman representantes de la estatal eléctrica Corpoelec, Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Gobierno de Guárico y Poder Popular organizado. El EME cuenta con una Sala Situacional, que constantemente evalúa la situación de las redes de transmisión en Guárico, y atiende las denuncias presentadas sobre fallas en la distribución eléctrica ante la línea directa 0800 Guárico (0800-4827426); de las cuales lleva una detallada estadística para aplicar los correctivos a que haya lugar; manteniendo el necesario control y seguimiento que establece la Misión Eficiencia o Nada puesta en marcha por el presidente Maduro.

En cuanto a la guerra económica, en el ámbito regional se cuenta con el decidido apoyo del Gobierno Bolivariano agroalimentario, que ha destinado más de nueve millardos de bolívares para apuntalar la producción, no solo en los circuitos primarios –cereales, hortalizas, ganadería, avicultura y piscicultura-, sino también en el procesamiento de estos productos y subproductos. 

Así, Guárico reporta un aumento no sólo en la superficie de siembra, sino también en la productividad en rubros como maíz blanco y amarillo; la recuperación de predios que se encontraban improductivos en manos de la oligarquía y el narcotráfico, como se hizo en el Sistema de Riego Río Tiznados y el Hato La Reforma, hoy convertidos en emporio de desarrollo endógeno que producen alimentos para los guariqueños, guariqueñas, venezolanas y venezolanos; la recuperación de la infraestructura del Sistema de Riego río Guárico, cuna de la producción de arroz en Venezuela que hoy, bajo la guía del Gobierno Bolivariano, propende a la diversificación de cultivos y actividades agrarias.

También la implementación de una Autoridad Única en materia Agroalimentaria y otra Agroindustrial como estrategia para el logro del objetivo 1.4 del Plan de la Patria, orientado a alcanzar la Soberanía Agroalimentaria, así como la definición, en el ámbito regional, de tres vértices de acción como marcadores la gestión del camarada Rodríguez Chacín: Pobreza Cero, Potencia Industrial y Revolución Cultural.

A ello, se une la constante realización de Asambleas Agrarias en todos los municipios, con el fin de organizar al sector productor, en especial a los campesinos y campesinas, que han elegido sus voceros ante la Junta Administradora Estadal del Órgano Superior de la Gran Misión AgroVenezuela y participan con voz y voto en las decisiones que se toman para apuntalar a Guárico como potencia agroalimentaria e industrial.

Todo ello demuestra que en Guárico, la Revolución se hace Irreversible y que la oposición, conformada por apátridas al servicio del capitalismo cada vez más pierde credibilidad, por lo cual el camarada Rodríguez Chacín tuitea con orgullo y seguridad que “Frente a la guerra económica y sabotaje eléctrico de yanquis y pitiyanquis, Guárico responde con más producción y organización popular”.