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La incertidumbre es el mejor regalo para los aficionados de la Fórmula 1. Arranca el curso en el calor del circuito de Jerez y flota en el ambiente una expectativa: el nuevo reglamento de la F1, el más potente que se ha aplicado en los últimos tiempos, no otorga la bendición de favorito unánime a Red Bull. No, al menos, como en los años precedentes, sesiones sin fuste en las que prevalecía un pronóstico. Ganará Newey. Ganará Vettel. Ganará Red Bull.
Los monoplazas estrenarán en Jerez sus nuevos motores V6 de 1.600 centímetros cúbicos y alimentación por turbo, en lugar de los anteriores V8, más grandes y potentes. También el sistema de recuperación de energía, la caja de cambios de ocho velocidades o las modificaciones de los neumáticos Pirelli, el quebradero de cabeza tantos equipos el curso pasado. Estarán todos en el circuito andaluz, salvo Lotus.
Las ingenieros necesitan evidencias para trabajar en un deporte que se basa en las matemáticas. Y sobre todo algunos lo necesitan más que otros. Es el caso de Ferrari y McLaren. Demasiados sinsabores en la historia reciente como para conformarse con las migajas que sueltan Vettel y Red Bull. Domenicali, el jefe de Alonso, dice que estamos “ante el desafío más grande de la última década“. Horner, el primer directivo de Red Bull, asegura que tal vez la mitad de los coches no terminen el primer gran premio de la campaña, en Australia.
LOS FORMULA 1 YA ESTAN EN LA PISTA
La incertidumbre es el mejor regalo para los aficionados de la Fórmula 1. Arranca el curso en el calor del circuito de Jerez y flota en el ambiente una expectativa: el nuevo reglamento de la F1, el más potente que se ha aplicado en los últimos tiempos, no otorga la bendición de favorito unánime a Red Bull. No, al menos, como en los años precedentes, sesiones sin fuste en las que prevalecía un pronóstico. Ganará Newey. Ganará Vettel. Ganará Red Bull.
Los monoplazas estrenarán en Jerez sus nuevos motores V6 de 1.600 centímetros cúbicos y alimentación por turbo, en lugar de los anteriores V8, más grandes y potentes. También el sistema de recuperación de energía, la caja de cambios de ocho velocidades o las modificaciones de los neumáticos Pirelli, el quebradero de cabeza tantos equipos el curso pasado. Estarán todos en el circuito andaluz, salvo Lotus.
Las ingenieros necesitan evidencias para trabajar en un deporte que se basa en las matemáticas. Y sobre todo algunos lo necesitan más que otros. Es el caso de Ferrari y McLaren. Demasiados sinsabores en la historia reciente como para conformarse con las migajas que sueltan Vettel y Red Bull. Domenicali, el jefe de Alonso, dice que estamos “ante el desafío más grande de la última década“. Horner, el primer directivo de Red Bull, asegura que tal vez la mitad de los coches no terminen el primer gran premio de la campaña, en Australia.
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