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CONCIERTO en el mar con Carlos Baute
El venezolano se presentó dos veces, a bordo de un crucero por el Caribe
Las niñas no lo creían. Eran quinceañeras y sus padres les dieron de regalo un crucero de una semana, que partió de Cartagena y regresó al mismo punto. Pero casi en la mitad del viaje apareció otra sorpresa: un par de conciertos con el cantante venezolano Carlos Baute.
El artista, de 40 años, no es un símbolo de su generación, pero ellas conocían algunas de sus canciones. Independientemente de ello, se trata de una estrella a la que podían tener muy cerca. El músico se embarcó en La Guaira (Venezuela) y al poco tiempo de zarpar el barco, comenzó su primer concierto, en un teatro con aforo de 600 personas, con buen escenario y acústica.
Baute y seis de sus músicos estuvieron una hora en el escenario durante cada presentación, sumándose a una tendencia que está haciendo carrera: organizar eventos de este tipo en cruceros. Ya lo han hecho bandas legendarias como Kiss, con la diferencia de que muchos de los viajeros del Monarch ni siquiera sabían que el venezolano cantaría a bordo y sin ningún costo adicional.
Y lo hizo con un buen espectáculo. De hecho, lo que más impactó fue su baile, sensual y caribeño. Y es que Baute no olvida sus raíces. Volvió a Venezuela no solo para estas presentaciones, sino también para visitar a la poca familia que le queda en ese país: “Dos tíos y tres primos. Es todo. Los demás ya nos fuimos”, comenta serio, y evita hacer alguna alusión adicional a la situación tan polarizada que vive su país.
Lo de caribeño también se nota en sus letras. Como compositor, Baute ha sido artífice de éxitos como 'Quién te quiere como yo', 'Te regalo' (una bachata) y 'Nada se compara a ti', que aunque tienen muchos sonidos pop, no dejan de llevar en su interior el sabor rumbero del lado del mundo en el que nació.
El cantante se considera un gran seguidor de su compatriota Franco de Vita, sobre quien comenta: “tengo muchas y muy largas conversaciones sobre música (con él). Siempre le muestro mis composiciones antes de grabarlas”.
Residente en España desde el 2000, Baute afirma que este país europeo le “dio todo lo necesario para seguir siendo un músico exitoso. Hubo un momento de unos cambios radicales en la disquera EMI y varios artistas quedamos en el aire, y tuvimos que buscar otros escenarios”, explica.
Despues de sus conciertos en el Monarch, Baute y sus músicos se fueron un rato a hablar con la tripulación. Pero antes admitió que con su amigo Carlos Vives, a quien admira profundamente, le falta hacer dos cosas: jugar futbol (“siempre nos cruzamos en Miami y nunca lo logramos”) y hacer un dueto musical.
REDACCIÓN EL TIEMPO
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