El fútbol se quita la camiseta de la selección y se pone la de la Liga camino del fin de semana, con el Real Madrid muy observado. Necesita mejorar el equipo blanco, aunque el debate de la portería sigue incrustado en el vestuario de Carlo Ancelotti. Iker Casillas vuelve a su club y este sábado se sienta de nuevo en el banquillo, tras ser titular el pasado martes con la selección. En un acto publicitario ha definido la alternancia con Diego López, en Liga y Champions, como algo "inusual".

Un grupo de niños ha sometido a rueda de prensa al portero de Móstoles, antes de salir al césped a recibir unas clases maestras. Los peques no se cortaron y le preguntaron de todo, desde cuántos coches tiene hasta si algún día se ve entrenando al Madrid ("No lo he pensado aún"). Y que por dónde tiraría un penalti en una tanda decisiva, si le tocara: "Por el medio".

Después atacó todos sus asuntos, los que arrastra la actualidad del Madrid desde principios de año, cuando perdió la titularidad por decisión de José Mourinho. Así y todo, asegura que se ve de cañas con el portugués. "No le guardo rencor. Seguro que algún día me cruzo con él y me tomo una coca cola. La relación que tenemos es nuestra. Los dos sabemos lo que pasó. Me quedo con las cosas buenas que hizo por el equipo. Seguramente a la cara tengamos que decirnos muchas cosas. Le invitaré a un café o una coca cola", insistió.

También aseguró que se encuentra bien ahora mismo, a pesar de sólo disputar la Champions, pero que no descarta un cambio de aires. "Cuando el jugador no es protagonista se le pasa por la cabeza tomar decisiones. También me pasa a mí. Quiero seguir en el Madrid, pero quizá tenga que tomar una decisión. Ahora he decidido formar parte de esta plantilla, pero dentro de unos meses, si no jugara, me puedo plantear irme".

Mirando al Madrid, cree que Ancelotti está en el buen camino, pero deben solucionar problemas. "No podemos arriesgar tanto en los partidos. Estamos jugando con fuego en la Liga. El ejemplo de la pasada temporada es bueno".