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Almería asestó un duro golpe al Atlético de Madrid venciendolo 2 goles por 0

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Contra el viento, contra la baja por molestias lumbares de Courtois, contra otra lesión preocupante de Tiago, contra un ambiente enrarecido por la derrota en el derbi copero, el Atlético no pudo defender el liderato en Almería. Sufrió su segunda derrota del campeonato y propició que el Madrid le adelante en la punta de la tabla, empatados a puntos. En su primera defensa del primer puesto, suspendió el equipo de Simeone. Había dominado el encuentro justo hasta el balcón del área local, sin generar ocasiones, y se encontró con dos goles al final. Ambos con los focos puestos bajo Aranzubía, que regresaba al campo donde en la temporada 2010-11 se convirtió en el primer portero de la historia de la Liga que marcaba un gol de cabeza. Nada que ver los aires heroicos con los que salió entonces con lo de anoche por los dos goles que encajó. En el primero no midió bien un centrochut pasado, en un córner sacado en corto, que Verza colocó por encima del meta riojano. La pelota se fue cerrando hasta que se coló por la escuadra, en una parábola que no calculó bien. El segundo gol llegó tras un lío que se hizo ante la presión de Jonathan que le llevó a perder la pelota y a derribar al delantero nigeriano. La expulsión, con los tres cambios ya realizados por Simeone, llevó a Gabi a la portería para tratar de detener el disparo de Verza desde el punto de penalti. Fue engañado el capitán rojiblanco y certificada una derrota poco esperada. Se encumbró Verza, una antigua promesa de la factoría del Villarreal en los tiempos de Benito Floro, con esos dos tantos. Quizá en el primero le ayudara el aire, tan presente en todo el partido.

ALMERÍA, 2; ATLÉTICO, 0

Almería: Esteban; Rafita, Trujillo, Torsiglieri, Dubarbier; Azeez, Verza; Aleix Vidal, Soriano (Hélder Barbosa, m. 57), Suso (Corona, m. 88): y Jonathan Zongo (Oscar Díaz, m. 92). No utilizados: Julián; M. Silva, H. Martínez y Tébar.
Atlético: Aranzubía; Manquillo, Godín, Miranda, Juanfran; Tiago (Mario Suárez, m. 66), Gabi; Raúl García (Adrián, m. 76), Diego (Sosa, m. 67), Arda Turan; y Diego Costa. No utilizados: Bono, Insúa, Alderweireld y Cebolla Rodríguez.
Goles: 1-0, M. 79. Verza. 2-0. M. 85. Verza.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Expulsó con roja directa a Aranzubía (m. 84) y amonestó a Soriano, Dubarbier, Diego y Raúl García.
10.958 espectadores en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.
Anclado en las afueras de Almería, cuando el viento de poniente sopla con fuerza convierte al estadio de los Juegos Mediterráneos en un recinto traicionero. Una olla abierta donde el aire gobierna las trayectorias del balón. De todas las incidencias meteorológicas que puedan al juego es esta la más azarosa. Fútbol eólico, por llamarlo de alguna manera, que obliga a los futbolistas a pensar y a educar, sobre la marcha, las sensibilidades del golpeo del balón con los pies o con la cabeza. No hay uno que se libre de tener que jugar con la intuición.
Jugó el Atlético en el primer tiempo con el viento en contra y sacó de centro el Almería. Lo normal es pensar que fue Gabi el que ganó la elección en el cara o cruz para jugar la segunda parte con el aire a favor. Con las bolsas de plástico arremolinándose por la hierba, el Atlético tuvo que domar de inicio las ráfagas de aire en contra y tratar de desmontar a otro rival que le concedió la pelota y el campo. Parece que ese será el sino del Atlético en la mayoría de campos que visite donde su superioridad sea manifiesta. Pocos quieren jugarle ya, destaparse, como advirtió Simeone, y muchos también intentan copiarle la reiteración de faltas tácticas para romperle el ritmo de juego. De alguna manera, le están aplicando al líder su principal libreto y ahora debe encontrar su entrenador un antídoto. Todo una paradoja propiciada por el hecho de estar metido en esa Liga de los 100 puntos.
Había anunciado Francisco que había preparado a su equipo para las dos versiones que ahora con Diego Ribas puede tener el Atlético, es decir, con más balón o con menos balón, más directo o con un ataque más elaborado. Esa concesión del terreno y la pelota hizo que los visitantes tuvieran que jugar a ser dominadores, a tener la posesión. Un equipo con Tiago, Gabi, Arda y Diego invita a jugar por dentro y abrir el campo. Ahí el Atlético tuvo un problema. Jugó Juanfran como lateral izquierdo, en lo que parece un mensaje definitivo para Insúa, y a la derecha Manquillo. Les vieron poco sus compañeros, a veces demasiado empeñados en jugar por el medio. En las pocas veces que se descolgaron en el primer tiempo, tanto Juanfran como Manquillo dejaron entrever que en los flancos de la defensa del Almería había un partido para ganar. Fue Manquillo el que generó la primera ocasión al descubrirle Diego el desmarque desde la frontal del área. El canterano picó con suavidad el centro ante la salida de Esteban, pero Diego Costa no llegó al remate.
Courtois fue baja, se lesionó Tiago, Aranzubía fue expulsado y Gabi acabó de portero
Esa falta de pegada fue la tónica general del partido. El Atlético murió demasiadas ocasiones en la frontal del área del Almería, bien parapetado tras la potencia física de Azeez y la colocación de Verza. Los dos mediocentros hicieron un tremendo esfuerzo. También los centrales locales contribuyeron a esa espesura en ataque de su rival. Trujillo y Torsiglieri minaron a Diego Costa hasta agotarle.
No tuvo que intervenir Esteban en todo el partido, salvo una falta directa que ejecutó Sosa. Lo más peligroso a lo que se enfrentó fue a un tiro cruzado de Diego que se fue por poco. No consiguió el Atlético hacer daño verdadero al Almería, que se creció con una contra que ya avisaba de lo que vendría después. Para entonces ya se había lesionado Tiago y había entrado Mario, que se resbaló y dejó campo libre para que Aleix Vidal se plantara con una fabulosa carrera ante Aranzubía. Su remate dio en la base del poste izquierdo, se fue a la del derecho y salió disparado hacia afuera. Parecía que Aranzubía tenía duende en ese campo, que el viento le era favorable. Pero el fútbol es tan cambiante como el aire, como demostraron esas dos jugadas que acabaron con una defensa del liderato efímera.


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