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Un gran partido de Pedro Rodríguez sostuvo en el liderato al Barcelona, que ganó 2-5 al Getafe en una goleada engañosa, en la que el delantero canario hizo en ocho minutos un triplete que sirvió al cuadro blaugrana para remontar un marcador adverso de dos goles.
El Getafe tuvo en sus manos la oportunidad única de sorprender al conjunto catalán. Jamás se había visto en una situación parecida, con un 2-0 a favor en el marcador y con su rival aturdido, perdido y devorado por sus fallas.
Era el minuto quince, quedaba un mundo por delante y, durante el segundo tercio del primer tiempo, el Getafe pudo ampliar su ventaja con más ocasiones. Sobre todo, con un contragolpe que Ciprian no pudo culminar con éxito. El rumano, en un dos contra uno cerca del área pequeña, no supo si tirar o pasar el balón a Pedro León. Al final no hizo ni una ni la otra.
Esa última indecisión dio vida al Barcelona, que poco a poco tomó el mando del partido y en un suspiro marcó tres goles ante la incredulidad local. Los tres, de Pedro. El primero, de vaselina tras aprovechar un pase de Cesc después de una perdida de Lafita en el centro del campo; el segundo, un fuerte disparo por la escuadra con otra perdida anterior, esta vez de Borja; y el tercero, con un remate dentro del área que justo precedió al descanso.
El Getafe, hundido, vio como Cesc Fabregas sentenciaba la historia con dos goles, el segundo de penalti. Fue el hundimiento para los hombres de Luis García, que sufrieron un castigo excesivo y desperdiciaron, con su impaciencia y con errores de principiante, un partido que pudieron ganar
Barcelona aplastó al Getafe
- Los azulgarnas remonaron un marcador abverso y se impusieron 5 goles por 2
Un gran partido de Pedro Rodríguez sostuvo en el liderato al Barcelona, que ganó 2-5 al Getafe en una goleada engañosa, en la que el delantero canario hizo en ocho minutos un triplete que sirvió al cuadro blaugrana para remontar un marcador adverso de dos goles.
El Getafe tuvo en sus manos la oportunidad única de sorprender al conjunto catalán. Jamás se había visto en una situación parecida, con un 2-0 a favor en el marcador y con su rival aturdido, perdido y devorado por sus fallas.
El primer jarro de agua fría para el Barcelona llegó con una combinación explosiva de Lafita, que asistió de tacón a Escudero, quien recorrió sin obstáculos medio campo hasta plantarse delante de Pinto, a quien fusiló sin piedad.
El Barcelona, perdido, concedió otro gol pocos minutos después. Lo hizo en una jugada de manual del Getafe. Lisandro López hizo el segundo tras un tiro de esquina cobrado por Pedro León.Era el minuto quince, quedaba un mundo por delante y, durante el segundo tercio del primer tiempo, el Getafe pudo ampliar su ventaja con más ocasiones. Sobre todo, con un contragolpe que Ciprian no pudo culminar con éxito. El rumano, en un dos contra uno cerca del área pequeña, no supo si tirar o pasar el balón a Pedro León. Al final no hizo ni una ni la otra.
Esa última indecisión dio vida al Barcelona, que poco a poco tomó el mando del partido y en un suspiro marcó tres goles ante la incredulidad local. Los tres, de Pedro. El primero, de vaselina tras aprovechar un pase de Cesc después de una perdida de Lafita en el centro del campo; el segundo, un fuerte disparo por la escuadra con otra perdida anterior, esta vez de Borja; y el tercero, con un remate dentro del área que justo precedió al descanso.
El Getafe, hundido, vio como Cesc Fabregas sentenciaba la historia con dos goles, el segundo de penalti. Fue el hundimiento para los hombres de Luis García, que sufrieron un castigo excesivo y desperdiciaron, con su impaciencia y con errores de principiante, un partido que pudieron ganar
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