Tomás González-Martín/Madrid. (El País). Florentino Pérez y Xabi no mantienen una mera relación de presidente y jugador, sino que son mucho más. Son amigos. El responsable del club nunca ha tenido un problema con él. Falta que el futbolista decida sellar su futuro, posiblemente su último contrato, con el Real Madrid.El lunes celebra su trigésimo segundo aniversario y siente la misma cotización que vivió en junio de 2008, cuando le quiso fichar la Juventus, y el 5 de agosto de 2009, cuando firmó con Florentino Pérez, que regresaba a la presidencia del Real Madrid tras unos años de deriva en la casa. Xabi Alonso esperó al retorno del presidente blanco para dejar el Liverpool y comenzar una nueva carrera al más alto nivel. Triunfó. Se hizo con la batuta del equipo. Se convirtió en indispensable. Sin el guipuzcoano, el Madrid no sabe cómo jugar. No hay un futbolista que le sepa sustituir. Ahora, el Real Madrid quiere que renueve hasta el final de su carrera, con el fin de continuar con su dirección. Le ofrece dos años más, hasta 2016, con opción a un tercero. Cobrará cinco millones anuales. No hay problema, ni de temporadas ni de dinero. Hay un pacto de caballeros.

El centrocampista rubricó en 2009 un acuerdo por cinco temporadas que finaliza en 2014. Queda libre dentro de siete meses y la entidad ha abordado su renovación desde principios de año. Ha sido el jugador quien ha retrasado la negociación a lo largo de estos meses, porque sufría una lesión de pubis crónica y no sabía si en el futuro podría rendir con la exigencia del Real Madrid.

Superó la pubalgia. Por fin, el 7 de junio tomó una decisión que había rechazado durante años: se operó de la pubalgia, una dolencia traicionera que tarda en superarse. Se perdió la Copa Confederaciones. Y salió bien.

La razón de esa postura fue coger el toro por los cuernos y no extender el sufrimiento en la actual temporada, porque había un fin superior: disputar el Mundial de Brasil, defender la corona y retirarse de la selección.

En agosto de este año ya se encontraba bien. Y tuvo mala suerte. El día 21 de ese mes se rompió el quinto metatarsiano del pie derecho. Alejado del equipo desde la final de Copa del Rey, Alonso sumaba otros dos meses de baja. Ancelotti tuvo que soporta vivir sin él. Lo ha pasado mal. Ha sido volver Xabi al equipo y el Real Madrid ha mejorado su fútbol. El entrenador italiano respira con tranquilidad. Ya hay un líder que da órdenes y organiza al conjunto. Ya hay un director que mande en el centro del campo. Un futbolista que sabe dirigir el sistema 4-3-3 que él desea. Un hombre que haga fútbol elaborado y sepa sujetar el balón en poder del conjunto.

«Tiene años al más alto nivel». Su feliz retorno después de dos operaciones importantes han confirmado lo que el Real Madrid le ha dicho: «Tienes fútbol para varios años más». Alonso retrasó la negociación porque deseaba verse en el campo durante meses para decidir si a partir de 2014 podría mantener el nivel. Quería analizar su estado después de pasar por el quirófano y eliminar su molesta pubalgia. Hoy no ha alcanzado todavía su mejor forma física, pero al 80 por ciento de su rendimiento físico ha serenado al Real Madrid.

El guipuzcoano ha puesto como condición a la entidad la opción de poder marcharse al final de cada campaña si piensa que no podrá continuar jugando con la presión que el equipo impone, o si recibe una oferta irrechazable de fin de carrera. La entidad nunca le impedirá ninguna de esas dos posibilidades.

Firmar antes de enero. El Real Madrid ha respetado el deseo del jugador de analizarse a sí mismo para tomar una decisión que marcará su futuro, pero la empresa quiere rubricar su continuidad antes del mercado invernal, con el fin de evitar la rumorología. Como el vasco termina contrato en junio, tendrá la libertad de negociar con cualquier club a partir del 1 de enero, como estipula el reglamento de la FIFA, porque quedarán menos de seis meses para el final de su acuerdo anterior.

El futbolista protagoniza un caso especial, casi único en el fútbol. Con él no hay problemas, ni de años de firma ni de dinero. Su prioridad es puramente deportiva. No quiere decepcionar a la casa. Es un ejemplo para el Real Madrid. Por eso, siempre será libre. Nunca tendrá las manos atadas.